Que sea difícil no
significa que sea malo…
Cuando pensamos en la
palabra difícil, lo que se nos viene a la mente es lucha, complicaciones,
flojera, entre muchísimas cosas más, que hacen que no queramos nada que esté
relacionado con la dificultad; pero no nos damos cuenta que en la vida igual
buscamos siempre lo fácil, lo cual es difícil de conseguir.
Existe un desequilibrio
en nuestra mentalidad; añoramos tantas cosas: casa, carro, beca, viajes, un
buen hombre, una buena mujer, salud, y más, pero ¿cuál de estas cosas es fácil
de conseguir? NINGUNA, entonces sin percatarnos, lo difícil es con lo que
soñamos, el problema es que pensamos que es FACIL y ¡PUM!, nos damos de cabeza
contra el mundo.
La sabiduría, el amor, y
obtener cosas materiales, requieren de esfuerzo para lograrse, el esfuerzo
acarrea tiempo, dedicación, esmero y todo esto es de una u otra forma difícil. De lo que debemos concientizarnos es de que en esta
vida, que algunos piensan que es más fácil para unos y difícil para otros, es
que todo radica en lograr entendimiento para reconocer lo bueno, lo justo y lo
bello, que como un imán eventualmente llegará a nosotros para llenarnos de
placer, emoción, pasión, misterio, gloria, amor, compasión, equilibrio, armonía
y orden, y que para que todo esto se disfrute y sea valorado por nosotros,
necesitará de DIFICULTAD en su en el camino para lograrlo. La angustia y el
desespero no son malos, ¿o es que sabríamos que es la paz y la tranquilidad sin
vivir la desesperación? La dificultad es eso que nos permite valorar los
momentos de gloria, cuando alcanzamos lo que tanto anhelábamos, siempre
escuchamos como todos dicen: ‘’esto no es de gratis, me lo gané con el sudor de
mi frente’’ y se nota como esa persona lo dice con una sonrisita pícara de satisfacción.
Para mí, esa es la gente que surge, la que prospera, la que valora lo que
tiene, y ¿por qué?, pues porque le costó.
Por otro lado, está la gente que lo tiene todo, en otras palabras, no conoce
la dificultad, lo que significa que
probablemente no hay anhelos, cosas por lograr, nada que motive algo; el gran
proyecto termina siendo acabar con su vida, entre marihuana, vicio y alcohol.
¿Si lo tengo todo por qué voy a luchar?...
Si la vida fuera color de rosa, es más, si la vida fuese fácil ni colores
tendría, todo sería a escala de grises. No habría altibajos, esperanzas,
deseos, cada una de esas cosas que nos permite saber que estamos vivos y que
nos llenan de regocijo en tantas ocasiones; es que no hay nada más rico y
emocionante que la adrenalina de saber qué va a pasar, de la espera, de las
respuestas, de no saber.
Entonces, tenemos ansias erradas por el facilismo, ya que finalmente lo
que deseamos necesita de dificultad para ser conseguido. El término ‘’dificultad’’
debería ser concebido de otra forma, no como lo malo, todo lo contrario como lo
bueno, ¿qué sería de nosotros sin la dificultad?
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