¡Hola curioso! este es sólo un espacio donde alcanzo a publicar algunas de las ideas que me saltan de neurona en neurona.

Para Kapuscinski los sentidos del periodista son estar, ver, oír, compartir y pensar, para mí varían un tanto nada más: estar, ver, oír, pensar y contar; así lo veo yo, como persona que disfruta de las letras.

¡Te deseo un placentero paseo por mi mundo imaginario y parte del real!

Morir para Vivir

lunes, 19 de marzo de 2012

El bote temblaba, el ambiente se tornó nublado, el aire parecía acabarse y yo allí queriendo morir para vivir nuevamente…

Eran las 3:30 de la mañana cuando lo decidí, después de intentar en repetidas oportunidades pasar la vieja cuchilla minora que traía en la cosmetiquera para cortarme las venas; no era capaz, el silencio profundo del cuarto no me lo permitía, hacia que mi respiración se escuchara como un eco inmenso en toda la habitación, me ponía más nerviosa, el pulso me temblaba, y la cuchilla a casusa de mis manos temblorosas solo lograba cortar delgadas partes de los dedos de la mano con la que la sostenía. En definitiva no era una suicida, bueno no del todo…

´´El usuario al que intenta llamar se encuentra fuera del campo de servicio’’, estúpido SIN.TI, nunca funcionan sus redes, y yo, muriendo de la desesperación, intenté mil veces, pero parecía que lo mío no era intentar, siempre me salía mal.

Agarré mi bolso y fui a buscar a Gonza, seguramente estaba en la casa de la playa como todos los fines de semana y eso me facilitaría aún más mis planes. Cuando llegué, joche, el señor que cuida la casa me dijo que Gonza estaba de paseo en Cartagena, así que me imaginé que estaba en el yate con quien sabe cuántas viejas en pelota. Me fui a toda m…máquina para Cartagena. Cuando me encontré por fin con él, logré convencerlo de que mi ayudara y después de cien intentos, por fin, intentar me salió bien, Gonza accedió. Realmente no tuve que decirle exactamente para qué necesitaba el bote, simplemente le dije que después se lo explicaría, y así fue.

Sólo con mi bolso, comida y un montón de gasolina me despedí para siempre, por lo menos eso esperaba. Cuando vi que me alejaba de la orilla de la playa, le mandé a Gonza el que esperaba fuera el último PING de mi existencia en esta dimensión: ‘’Amigo, tu más que nadie sabe por lo que he pasado, las cosas que me han sucedido, por consecuencia las que he intentado para borrarlas  y que nunca han llegado a ser, es por eso que en este momento voy en camino a un nuevo mundo, algo que ´´no acabe del todo conmigo´´, en busca de aquella dimensión desconocida de la que tanto hablábamos y que hoy espero sea realidad. Donde no exista nadie que me haga daño, donde nadie me atormente, donde sea alguien mas pero siga siendo yo, donde sólo en mis recuerdos puedas estar tu y pueda encontrar la paz que tanto necesito. ¿Por qué matarme? Si puedo tener una nueva vida y dejar la otra atrás, espero que en el triangulo encuentre todo lo que espero. Con amor, Valerie. ’’  Le di enviar y tiré el Blackberry al agua.

El tiempo corrió lento durante esos días, estaba mirando el mapa y la brújula, cuando de golpe, se sintió una vibración en todo el bote, la brisa dejó de despelucarme y el sol de quemarme; el agua que era de un azul cristalino, se tornó totalmente transparente, podía divisar todo el paisaje coralino y los peces, sentía como si los pálpitos cada vez mas bruscos de mi corazón pudieran escucharse en todo el mar, el bote temblaba, el ambiente se tornó nublado, el aire parecía acabarse y yo allí queriendo morir para vivir nuevamente…miré hacia el horizonte desde donde una capa tornasolada parecía estar viniendo hacia mi dirección y cubriendo todo lo que se tropezara en su camino, y yo estaba allí. La capa tornasolada aumentó su velocidad, y yo estaba de pie, impávida y al sentirla más cerca empuñaba mis manos con todas mis fuerzas. Una luz cegadora blanqueó la vista de mi paraíso y sentí como si cayera hacia el infinito, con el estómago en la garganta.

Trataba de abrir los ojos, pero sentía como si cargara todo mi cuerpo con los párpados, me sentí consiente por un instante y en ese preciso momento todos los recuerdos de mi vida pasaron como un video a toda carrera por mi mente, finalmente los buenos se destacaron y en una sola punzada de dolor todas mis malas energías desaparecieron. Abrí los ojos y vi el sol resplandecer como nunca, miré a mi alrededor y todo parecía lleno de magia, árboles gigantes y frondosos que jamás había visto, flores hermosas, un paisaje que hacia contraste con las maravillosas y tecnológicas construcciones que veía, edificios en forma de espiral, todo lo que jamás pensé que podía existir estaba allí. Me puse en pie y de repente una mano toco mi hombro, me giró con toda la delicadeza y dijo: ‘’ Bienvenida a casa’’. Su voz era como el canto de los ángeles, la primera voz que escuchaba aquí y seguramente la más hermosa que podía haber, además de que me estremecí al sentir su presencia, era como si ya lo conociera de alguna manera, sentí esa misma sensación de compañía que me impidió tantas veces suicidarme.

- Hola… gracias, pero ¿cómo sabes que acabo de llegar aquí? Le pregunté.

-Ya sabía que venías, te estaba esperando. Dijo mientras rozó mi cara con su mano, y puso mi cabello detrás de mi oreja.

No entendía que estaba pasando, necesité de unos minutos para reponerme, pero el continuó hablando.

-Soy Leuviah, mi nombre significa dios que socorre a los pecadores y yo eso hice por ti. En tu mundo no podías verme, solo sentirme, fui yo quien te detuvo todas las veces que querías tomar un mal camino, fui tu pálpito y tus miles de intentos fallidos. Así supe que me amabas porque confiabas en mi y de igual forma me enamoré de ti y es por eso que hoy estas aquí.

Anonadada por su respuesta, estaba segura de que tendría un bajón de presión, pero en este mundo no sucedió, al parecer estaba inmune a sentirme mal, acababa de escuchar algo increíble y nada en mi parecía estar mal, al contrario, comprendí todo en ese momento, más que comprenderlo deposité mi confianza en él cada una de sus palabras era verdadera. Por fin la paz invadió mi ser y me sentí liberada, sin ataduras, sin enfermedad en un mundo que jamás imagine ni siquiera en mis más fabulosos sueños.

Tenía una última cosa que hacer para dejar mi vida pasada atrás, y Leuviah me ayudó en ello.
Para Gonza: Querido amigo, estoy bien, ¡más que bien! Recuérdame siempre, que donde quiera que estoy te tengo presente, valió la pena ‘’morir’’ para vivir de nuevo, esta si es mi vida. Besos, Valerie.
 
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